“No me imaginaba nada de esto”: Patricio Razo habla del vértigo de volverse uno de los youtubers más influyentes de este año

Hablar con Patricio Razo, uno de los creadores más influyentes de la escena digital es descubrir que detrás del brillo, de los millones de reproducciones y de las tendencias virales, existe un universo mucho más frágil y humano. En una breve charla que tuve con él me contó que jamás imaginó ocupar un lugar tan grande en YouTube; ni siquiera cuando subió sus primeros videos impulsado por la energía creativa que compartía con sus hermanos.

“No me imaginaba esto para nada”, admite sin titubear, recordando los días en que veía a Mariano su hermano, el primero de su familia en incursionar en la plataforma de videos y demostrar que era posible construir un camino propio frente a una cámara. Aquella chispa fue suficiente para comenzar, aunque el trayecto terminó siendo mucho más complejo de lo que esperaba.

Durante los primeros años, se movía entre acrobacias, retos físicos y contenido explosivo que cumplía con una regla no escrita del internet: cada video debía superar al anterior. Pero pronto descubrió el límite de esa fórmula. “Me di cuenta de que eso iba a caducar, porque la gente siempre quiere algo más que lo anterior”, me explicó. La presión por el impacto lo orilló a replantearse su identidad creativa y, con ella, el rumbo de su camino.

La reinvención como único camino posible

La transición hacia un contenido más personal fue, en sus palabras, un acto de supervivencia. Al dejar atrás los saltos y las acrobacias, comenzó a explorar dinámicas con amigos, competencias ligeras y formatos que le permitieran mostrarse tal como es. Ese cambio, casi intuitivo, terminó siendo la clave para conquistar un nuevo nivel de conexión con su comunidad.

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“Ahora entiendo ese ritmo y ya me siento cómodo con eso”, asegura. La evolución no solo fue creativa; también emocional. El creador descubrió que su audiencia no buscaba verlo volar, sino verlo sentir. Verlo fallar. Verlo ser humano.

La brújula para quienes quieren empezar: probarlo todo

En un ecosistema donde cada semana nace un nuevo talento dispuesto a competir por atención, el influencer ofrece una guía honesta para quienes quieren empezar. “Todos tienen algo que aportar”, afirma con convicción, recordando que su propio inicio fue tan inesperado como incierto.

Su filosofía es simple: experimentar sin miedo. “Puedes hacer todo… maquillaje, cocina, bromas, mortales. Y de eso ver qué te funciona”, dice. Para él, el error más común entre los principiantes es casarse con una idea demasiado pronto. La obsesión por encontrar un nicho perfecto, explica, puede convertirse en una trampa que impida descubrir la verdadera voz creativa.

“Dense la oportunidad de hacer todo al principio… como dice un amigo, avienta espagueti a la pared y eventualmente algo va a pegar”. Una metáfora que encapsula la libertad, y la incertidumbre, del internet moderno.

El peso silencioso de los días difíciles

Ninguna carrera construida en línea está libre de sombras. El creador reconoció que los momentos más duros no tienen nada que ver con la exposición, sino con la frustración. “La parte más difícil es crear buenas ideas”, confiesa. Hay jornadas enteras de trabajo que terminan en videos que no funcionan, y ese fracaso, aunque parezca pequeño desde fuera, puede golpear con fuerza.

Le ocurrió varias veces este año. “Te pega mucho porque es todo el trabajo que hiciste y no funcionó”, relata. La caída emocional es inevitable, pero lo que ha aprendido es lo que realmente importa: “La única forma en que salí de ahí fue decirme: no me puedo ir ahorita… no te puedes agachar”.

En una generación acostumbrada a la inmediatez, a la recompensa instantánea, él defiende la importancia de mirar hacia atrás y reconocer lo que sí ha funcionado. La memoria, al final, también es una herramienta creativa.

Y cuando el agotamiento mental llega, cuando las palabras ya no fluyen, acepta que a veces la única solución es pausar. “El famoso burnout… ya no sabes qué decir, qué crear, y la gente lo nota”, reflexiona. Descansar no es un retroceso, sino un acto de claridad.

Conectar desde lo real: la fórmula que no caduca

La evolución de Pato no ha sido solo técnica, sino emocional. Con el tiempo, entendió que el público ya no busca espectáculo; busca intimidad. Busca verdad.“La gente quiere conectar con la persona que están viendo, conectar con emociones reales”. Ese descubrimiento no solo cambió su contenido, sino su forma de entender su propósito como comunicador.

Hoy, su mirada hacia el futuro es más serena. Más consciente. Más auténtica. Y, sobre todo, más humana.

El youtuber no tiene una fórmula mágica, pero sí una convicción absoluta: mantenerse abierto, flexible y dispuesto a reinventarse siempre.

Porque, como él mismo lo resumió en una frase que define toda su historia:“No me puedo ir si algo no funciona como yo espero, hay que seguir”.