Ex integrante de LCDLFM sufre descompensación y lo relacionan con vigorexia, ¿de qué se trata?

Rodrigo Romeh, influencer, atleta de alto rendimiento y figura mediática tras su paso por La Casa de los Famosos, rompió el silencio sobre uno de los episodios más duros de su vida: el día en que su cuerpo colapsó tras años de disciplina extrema, ansiedad acumulada y exigencias físicas llevadas al límite. Su testimonio pone sobre la mesa un tema incómodo pero urgente en el mundo del fitness: la delgada línea entre el alto rendimiento y la vigorexia.

Durante años, Romeh vivió bajo una rutina milimétrica de entrenamientos, dietas estrictas y competencias internacionales. Todo parecía bajo control… hasta que dejó de estarlo. Tras una de sus últimas participaciones en el circuito de fisicoculturismo, su cuerpo reaccionó con una violencia inesperada.

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La ansiedad llegó sin aviso. El hambre se volvió voraz. Batidos, hamburguesas, dulces: una ingesta compulsiva que terminó en una descompensación severa. Ya en el hotel, perdió la movilidad y cayó al suelo. El diagnóstico fue claro: su organismo no soportó el rebote tras una restricción prolongada.

Ese episodio marcó un antes y un después. No por el miedo a subir de peso, eso nunca fue el problema, sino por entender que la salud no siempre se ve musculosa frente al espejo.

¿Rodrigo Romeh sufrió vigorexia?

La vigorexia, también conocida como dismorfia muscular, es un trastorno caracterizado por la obsesión patológica por tener un cuerpo cada vez más grande y definido. Romeh ha sido honesto al respecto: reconoce el riesgo, pero niega haber cruzado ese umbral.

Su clave, dice, fue entender a tiempo la importancia del equilibrio. En el alto rendimiento, la obsesión puede confundirse con compromiso. La diferencia está en saber cuándo detenerse. A él le ofrecieron subir de categoría, competir en niveles más extremos, empujar aún más el físico. Decidió no hacerlo.

No fue una renuncia fácil. Fue una decisión consciente: dejar el ego fuera del gimnasio y escuchar al cuerpo antes de que hablara más fuerte.

El precio invisible del fisicoculturismo

Aunque hoy está lejos de las tarimas, Romeh admite que el fisicoculturismo deja huellas. Algunas no se van. Una de ellas es la pérdida de la sensación de saciedad, consecuencia de años de ciclos extremos de restricción y sobrecarga de alimentos.

El cuerpo aprende, y no siempre para bien. Episodios de rebote, inflamación, aumentos súbitos de peso y una relación compleja con la comida forman parte del saldo emocional y físico que muchos atletas no cuentan.

El músculo crece. El metabolismo se altera. Y volver a la normalidad no siempre es inmediato.

Sexo, hormonas y el mito del ejercicio excesivo

De acuerdo a lo que se puede leer en la revista TV Notas, otro de los temas que Romeh abordó sin rodeos fue el mito de que hacer mucho ejercicio disminuye la libido. Según su experiencia, no es el entrenamiento en sí lo que afecta el deseo sexual, sino el agotamiento extremo y las dietas de competencia.

En las etapas finales de preparación, cuando se eliminan carbohidratos y agua, el cuerpo entra en un estado de supervivencia. El estrés se acumula durante meses y el eje hormonal se desajusta. En ese punto, la intimidad pasa a segundo plano. No por falta de testosterona, sino porque el cuerpo simplemente no tiene energía para nada más.

¿Quién es Rodrigo Romeh más allá del músculo?

Rodrigo Romeh no es solo físico y disciplina. Es influencer, modelo, instructor deportivo, empresario y filósofo de formación. Fue siete veces campeón mundial de fitness, participó en Exatlón Estados Unidos en 2021 y en 2024 se convirtió en uno de los rostros más comentados de La Casa de los Famosos de Telemundo, donde obtuvo el segundo lugar.

Hoy suma millones de seguidores en redes sociales y utiliza su plataforma para hablar no solo de entrenamiento, sino de salud mental, límites y conciencia corporal.