Actriz colapsa en depresión luego de que le desfiguraron el rostro tras una cirugía estética
Una intervención pensada para afinar un rasgo terminó por transformar su rostro, su carrera y su ánimo

Dorismar cirugia de nariz / Serhii Mazur
Dorismar atraviesa uno de los capítulos más complejos de su vida tras someterse a varias cirugías estéticas que derivaron en secuelas físicas severas y un impacto emocional profundo. Lo que comenzó como un ajuste menor en su nariz desencadenó una cadena de intervenciones fallidas que afectaron su salud, su autoestima y su estabilidad laboral, convirtiéndose en una advertencia sobre los límites, a menudo ignorados, del culto a la imagen.
La historia no arranca con una transformación radical, sino con una decisión aparentemente sencilla: corregir una ligera asimetría nasal. Una intervención común, casi rutinaria en el universo del espectáculo. Sin embargo, el resultado distó mucho de lo esperado.
Con el paso de las semanas, el cartílago utilizado para la reconstrucción no respondió como se anticipaba. El soporte desapareció y la estructura comenzó a hundirse. A partir de ahí, llegaron nuevas cirugías con la promesa de corregir el daño inicial. Ninguna funcionó como se esperaba.

cirugia estetica / internet

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Cuando el cuerpo dice no
Los intentos por reparar la nariz incluyeron limados excesivos, implantes que el organismo rechazó y la extracción de tejido de otras zonas del cuerpo, como la oreja. Cada paso, lejos de devolver la armonía facial, agravó el problema.
El resultado fue devastador: colapso del tabique nasal, cicatrices visibles y dificultades respiratorias. La afectación dejó de ser únicamente estética y se convirtió en un problema funcional. En términos médicos, el rostro perdió soporte; en términos humanos, la actriz perdió tranquilidad.
Especialistas en cirugía facial advierten que el rechazo de implantes y las complicaciones estructurales son riesgos reales, sobre todo cuando se encadenan procedimientos correctivos sin el tiempo adecuado de recuperación.
El impacto invisible: depresión y silencio profesional
Más allá del espejo, el golpe fue emocional. Dorismar entró en un proceso de depresión marcado por la frustración, la rabia y una profunda pérdida de confianza. El rostro, su herramienta de trabajo, se convirtió en una fuente constante de angustia.
Las oportunidades laborales comenzaron a evaporarse. Castings, campañas y apariciones públicas quedaron en pausa. No por falta de talento, sino por el miedo a exponerse. La actriz optó por buscar ayuda terapéutica para enfrentar el duelo de una imagen que ya no reconocía como propia.

Viviana Hernández Bran
Licenciada en Comunicación y Periodismo por la FES Aragón, UNAM. Creadora de contenido escrito y digital...


