¿Habrá reconciliación con Bad Bunny y Residente?: J Balvin rompe el silencio
El artista colombiano revisa los roces del pasado, admite errores y confirma que hoy su brújula ya no apunta a los números, sino a la paz personal y la reconciliación

¿J Balvin y Bad Bunny reconciliación? / getty images
J Balvin habló abiertamente sobre su relación con Bad Bunny y Residente, reconoció errores del pasado y aseguró que los conflictos que los distanciaron nacieron del ego, la presión del éxito y la ansiedad por los números. En un momento de madurez personal y artística, el cantante dejó claro que hoy no hay rencores activos y que cualquier reencuentro llegará, si tiene que llegar, de forma natural.
Hablar del reguetón contemporáneo implica detenerse en Medellín y, casi de inmediato, pronunciar el nombre de J Balvin. Desde esa ciudad, José Álvaro Osorio Balvin ayudó a convertir un movimiento local en un fenómeno global y abrió camino para toda una generación de artistas colombianos que hoy dominan las listas internacionales.
Pero el ascenso meteórico también tuvo un costo. Entre 2018 y 2020, Balvin vivió uno de los picos más altos de su carrera. Todo era éxito, colaboraciones millonarias y primeros lugares. En ese mismo periodo apostó por un artista puertorriqueño que ya encendía la conversación global: Bad Bunny.
Cuando dos mundos se alinearon
El resultado de esa alianza fue Oasis, un EP que no solo cruzó fronteras, sino que mostró lo que podía ocurrir cuando dos visiones distintas del género se encontraban sin competir. Para muchos fans, ese proyecto sigue siendo una de las colaboraciones más sólidas y genuinas del reguetón moderno.
Sin embargo, lo que parecía una amistad creativa imparable se fue diluyendo. Las agendas crecieron, los egos se tensaron y el ruido mediático hizo lo suyo. A la ecuación se sumó Residente, figura crítica y frontal, y con él llegaron los roces públicos que marcaron un antes y un después.
¿Qué pasó realmente entre J Balvin, Bad Bunny y Residente?
Durante meses, los seguidores esperaron gestos simbólicos: un saludo en conciertos, una aparición sorpresa, una señal de tregua. No ocurrió. Ni en Puerto Rico ni en Medellín. El silencio alimentó teorías, hasta que Balvin decidió hablar.
En una charla íntima desde su casa en Medellín, el colombiano reconoció que aquellos conflictos no nacieron del odio, sino de algo más incómodo de aceptar: la presión del éxito constante.
Cuando todo es número uno, explicó, la vida se vuelve paisaje. No hay aprendizaje, no hay pausa. El golpe llega cuando el éxito se resquebraja y aparece la crítica. Ahí, dijo, fue cuando entendió que nada era tan intocable como parecía.
Ego, envidia y una lección incómoda
Balvin no esquivó la palabra que muchos evitan. Admitió que, en su momento, le costó aceptar que a otros les fuera mejor. No como un deseo de daño, sino como una incomodidad silenciosa que se instala cuando el éxito deja de ser exclusivo.
Ese estado mental, reconoció, lo volvió infeliz. La carrera por demostrar quién era el mejor terminó afectando su salud emocional y sus relaciones. El episodio con Residente fue especialmente duro, no por el cruce mediático, sino por lo que removió internamente.
Hoy asegura que esa etapa quedó atrás. Que el perdón empezó por sí mismo y que no guarda rencor. Incluso habla con afecto del pasado, entendiendo que esas fracturas eran necesarias para bajar del pedestal.
El músico de ahora es distinto. Acompañado de su esposa y su hijo, vive un momento de introspección. Ya no mide su valor en cifras ni compite por titulares. Celebra el éxito ajeno sin sentirlo como amenaza y se permite disfrutar los pequeños detalles que antes pasaban desapercibidos.
Sobre Benito, fue claro: no hay problema. Hay distancia, sí, pero no conflicto. Extraña no verlo en el escenario, pero no fuerza el encuentro. Prefiere que, si ocurre, sea auténtico y no una estrategia.
¿Habrá reencuentro?
Balvin no promete colaboraciones ni fotos virales. Habla de procesos, no de espectáculos. Recuerda Oasis con cariño y reconoce que las conversaciones que compartieron fueron reales. El tiempo dirá si esos caminos vuelven a cruzarse.
Por ahora, el artista colombiano parece haber encontrado algo que durante años se le escapó: la tranquilidad de no tener que demostrar nada. Y en una industria obsesionada con el ranking, esa quizá sea su mayor victoria.

Viviana Hernández Bran
Licenciada en Comunicación y Periodismo por la FES Aragón, UNAM. Creadora de contenido escrito y digital...


