Usa preservativos para fermentar vino
¡Yumi yumi!
Orestes Estevez, un enólogo de La Habana, Cuba, de 65 años, ha logrado un uso muy ingenioso de los condones de látex. Los coloca en grandes jarras de jugo de uva y frutas, y le permiten saber exactamente cuándo se ha completado el proceso de fermentación.
Los condones son muy populares en Cuba, pero no sólo como método anticonceptivo. Los años de embargo internacional y de bajos ingresos, han obligado a muchos cubanos a arreglárselas con los productos a su alcance. Este fabricante de vino utiliza los preservativos para perfeccionar el proceso de fermentación del vino.
Orestes Estevez ha elaborado vino desde hace mucho tiempo, pero abrió su bodega en el año 2000, cuando el régimen cubano legalizó las empresas privadas. Utiliza uvas cubanas con todo tipo de frutas tropicales y verduras que arroja para agregar sabor, y lograr una alternativa barata pero deliciosa a los vinos importados.
Estévez y su familia tienden cerca de 300 jarras grandes de vino en todo momento, y pueden ser vistas alineadas en las estanterías, o en el suelo de su casa. Pero lo que llama la atención de las personas son los condones sellados en el cuello de estos contenedores de cinco litros. Son una alternativa barata a las válvulas y sensores utilizados por la mayoría de las bodegas, para liberar gases y supervisar el proceso de fermentación.
Los condones se inflan lentamente a medida que el jugo de uva y las frutas comienzan a fermentar y producir gases. Cuando se vuelven firmes y llenos de gas, Orestes perfora unos pequeños agujeros con una aguja para permitir la liberación lenta de gas, y cuando el condón para de inflarse y cae, sabe que el vino está listo para ser embotellado.
"Poner un condón en una botella es igual que con un hombre," dijo Estévez recientemente. "Cuando se levanta, el vino está listo, y luego se completa el proceso."