Anna Delvey, la historia de la rusa que estafó Nueva York tan solo con su belleza
Se hospedaba en hoteles de lujo por meses, millonarios le pagaban las fiestas y los bancos le prestaban dinero. Todo haciéndose pasar por una millonaria cualquiera
Todos quisiéramos una vida llena de lujos y fiestas, que no tuviéramos que preocuparnos por nada y aún así disfrutar de la vida de millonarios que pocos tienen. Pero ¿a costa de qué lo harías? Anna Delvey, una mujer rusa de 27 años, lo hizo a costa de su libertad, luego de ser detenida por estafar a hoteles, bancos y empresarios en Nueva York.
Anna Delvey, quien en realidad se llama Anna Sorókina, era una de las mujeres más populares de la socialité en Nueva York. Su belleza, juventud y estilo de vida tan extravagante, hacía que tuviera amistades con artistas, financieros y empresarios de la ciudad.
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Lo que nadie sabía era que aunque su vida estaba llena de lujos, ella en realidad no tenía nada y se dedicaba a estafar a todo el que se le cruzara.
Anna decía que su papá era un diplomático y empresario pretrolero alemán. Todo mundo le creía y no sospechaban de ella cuando los invitaba a hacer un negocio con ella o les pedía un préstamo.
Así, a sus 27 años, consiguió no solo que le consiguieran un edificio de seis pisos para que ella hiciera su club nocturno, con asesoría de los más importantes empresarios para que fuera un éxito.
En redes sociales compartía su vida de lujo, era una influencer que se la pasaba viajando, de fiesta, con famosos, deportistas y millonarios. Detrás de eso, se la vivía pidiendo prestado, rebotando cheques y falsificando documentos.
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Pero fue en 2017, luego de hospedarse durante un mes en un hotel de lujo donde se hizo pasar por la amiga del dueño, que descubrieron la mentira por la que vivió por años.
Aunque daba generosas propinas a los empleados, todos comenzaron a sospechar cuando descubrieron que no estaba pagando las cuentas y que jamás había dado su tarjeta de crédito para que se le realizara el cargo. Aunque pagó en efectivo y saldó la cuenta, decidieron investigar más a fondo y descubrieron la verdad.
Anna intentó huir pero la policía la capturó en Malibú. Desde 2018 está en la cárcel y ahora Netflix prepara una película basada en sus estafas.
Anna se hacía pasar por alemana pero en realidad era rusa y su papá era camionero y vendedor de aires acondicionados y calentadores. Sin duda, se inventó una vida que no tenía y ahora paga las consecuencias.