Por abandono, hijos recurren a la ley para quitarse el apellido de su padre biológico
Una jueza familiar del Poder Judicial del Estado de México hizo posible el cambio de apellidos
En ocasiones se tienen que tomar medidas drásticas para poder cortar los lazos que alguna vez nos unieron con alguno de nuestros progenitores, como fue el caso de dos hermanos que decidieron quitarse el apellido de su padre al haberlos abandonado.
Y es que el argumento que dieron los hijos fue válido para una jueza familiar del Poder Judicial del Estado de México, quien dictó sentencia para que ellos pudieran modificar su acta de nacimiento y cambiar el apellido de su padre biológico por el de la pareja de su madre.
De acuerdo con la ley esto se puede permitir siempre y cuando los argumentos se basen en las leyes internacionales sobre Derechos Humanos como la Declaración Universal, el Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos, así como la Convención Americana sobre Derechos Humanos.
Por lo que el argumento que hizo válida esta petición, fue que el padre biológico nunca se involucró en su crianza, manutención y tampoco tuvieron contacto con él desde que tenían uno y dos años, respectivamente.
Este proceso inició cuando los hermanos solicitaron a la jueza cambiar el segundo nombre de uno de ellos, que era igual al de su padre biológico, también el primer apellido por el del actual esposo de la madre, pues fue él quien en realidad se encargó de su desarrollo desde 1999, justo cuando inició la relación sentimental con su progenitora.
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En la sentencia final, la jueza asumió que “el derecho fundamental del nombre, como atributo de la personalidad, se encuentra estrechamente ligado con el derecho de identidad de una persona, que la coloca como parte integrante de una estructura familiar, en la que cumple un rol y que por lo tanto habla de la realidad social en que se desenvuelve".
Por lo anterior, se resolvió que se modificaran los documentos de ambos hermanos en la Oficina del Registro Civil, en donde originalmente se asentaron, y de esta manera cumplir con la sentencia en la que los hijos y los padres estuvieron de acuerdo.
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