Conoce a “Vaguito”, el perro que espera frente al mar a que su dueño fallecido regrese
De acuerdo con algunas personas, Vaguito camina todos los días hasta la playa y ahí se sienta a esperar su amigo humano
Vaguito espera a su dueño frente al mar / Internet
Muchas son las historias que a diario nos hacen reflexionar en las redes sociales, sobre todo aquellas que muestran el amor incondicional de los animales.
Y es que hoy te contaremos la historia de “Vaguito”, un perro que ha despertado las emociones de muchas personas, luego de que lo ven esperando pacientemente a que su dueño regrese.
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La escena es conmovedora, ya que el lomito camina mucho hasta llegar a la orilla de la playa, y ahí sienta a esperar a quien fuera su dueño fallecido.
Cabe señalar que esta historia se hizo viral en redes sociales luego de que Jolie Mejía, una mujer que paseaba con su familia por la playa Punta Negra en Perú, se encontrara de frente con el can.
De inmediato llamó su atención pues no parecía un perro en situación de calle, por el contrario, parecía estar muy limpio y de hecho, un collar colgaba de su cuello. Pero Jolie se preguntaba por qué razón llevaba largo rato sentado frente al mar, como esperando a que algo sucediera.
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Ante el momento, Jolie tomó la decisión de sentarse junto a él y esperar a que alguien recogiera al canino, pero eso nunca sucedió.
Fue entonces cuando un hombre de la comunidad playera se acercó a la mujer y le contó la historia del perro.
El sujeto le contó a Jolie que “Vaguito” solía vivir con un pescador de aquella comunidad, no obstante, este perdió la vida tiempo atrás. Lamentablemente el lomito aún no comprende el concepto de la muerte y desde aquel día, camina todos los días hasta la playa y se sienta frente al mar, esperando a que su dueño regrese.
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También contó a Jolie que ahora el perrito está al cuidado de la toda la comunidad cercana a la playa. Tiene un hogar en casa de una mujer que vive cerca de la costa, pero esto no le impide seguir añorando a su amigo fiel y diariamente camina hasta la playa para sentarse frente al mar a la espera de su dueño.