Kalimba se sincera sobre su salud: dos diagnósticos y muchas preguntas sin responder

El escenario puede ser una trinchera luminosa. Y para Kalimba, parece ser también un refugio. Mientras la industria del entretenimiento sigue girando y los titulares lo mantienen en el centro de la polémica, el cantante mexicano ha decidido hablar sin filtros ni melodrama sobre los problemas de salud mental y neurológica que enfrenta.

En declaraciones recientes, el también exintegrante de OV7 confesó vivir con dos condiciones que le han exigido más de lo que muchos imaginan: epilepsia y trastorno bipolar de segundo grado.

Más allá del escándalo: un cuerpo que habla

La vida de Kalimba no ha estado exenta de controversia. Las acusaciones legales por presunto abuso sexual interpuestas por la cantante Melissa Galindo lo han tenido bajo la lupa mediática, dividiendo opiniones y alimentando juicios públicos.

Pero ahora, el foco cambia de lugar. Porque hay algo que no puede ocultarse ni con fama ni con silencio: el cuerpo habla, y Kalimba lo está escuchando. En una entrevista retomada por TVyNovelas, el cantante habló abiertamente de sus diagnósticos médicos, asegurando que ya se encuentra bajo tratamiento médico y asistencia terapéutica constante.

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No, no es obligación tomarse selfies

En tiempos en los que la línea entre celebridad y objeto de consumo es cada vez más difusa, Kalimba también ha puesto un límite claro: no siempre está disponible para sus fans fuera del escenario. Y no por arrogancia, como algunos han especulado, sino por una recomendación directa de su terapeuta: “Estás en todo tu derecho de cuidar tu espacio”.

Música, diagnóstico y resistencia

Detrás de éxitos como Se te olvidó, Solo déjate amar y No me quiero enamorar, hay un artista que lidia con una salud mental frágil y un sistema nervioso que exige cuidado. Kalimba ha decidido no esconderse más, ni detrás del ritmo ni del espectáculo.

Su sinceridad llega en un momento en que las conversaciones sobre salud mental en el mundo del entretenimiento apenas comienzan a abrirse paso. Y que sea una figura pública quien lo diga, ayuda. Humaniza. Resuena.