Infidelidad: ¿por qué el ser humano es infiel?

Hablar de infidelidad nunca es fácil: duele, incomoda y despierta heridas profundas. Pero, seamos honestas, todas hemos estado cerca de una historia de engaño, ya sea como protagonistas, confidentes o espectadoras. Y entonces surge la gran pregunta: ¿por qué el ser humano es infiel?

Nos metimos de lleno en este tema con la psicóloga y terapeuta Natalia Pérez, para entender qué hay detrás de la traición amorosa, desde los impulsos químicos del cerebro que buscan adrenalina, hasta las carencias emocionales que llevan a alguien a romper un compromiso.

Porque la infidelidad no solo habla de la pareja, también revela mucho de nuestra relación con nosotras mismas: el ego, el miedo, la necesidad de validación y, sobre todo, la capacidad o incapacidad de elegir con responsabilidad afectiva.

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¿Por qué el ser humano es infiel?

La respuesta no es tan simple como decir “porque quiso” o “porque le faltó amor”. Detrás de la infidelidad se esconden patrones emocionales, necesidades no resueltas y hasta procesos químicos del cerebro.

La dopamina, ese neurotransmisor que nos da placer y motivación, tiene mucho que ver: lo nuevo, lo prohibido y lo emocionante generan un subidón parecido al de una droga. Y claro, hay personas que se vuelven adictas a esa sensación.

Pero no todo es química. También influyen:

• El ego y la validación externa: cuando alguien necesita sentirse atractivo, admirado o deseado, puede buscar fuera lo que ya no recibe en casa.

• El miedo a la soledad: está el típico “Tarzán”, que no suelta una relación hasta tener otra asegurada.

• El autoengaño: quienes justifican su infidelidad diciendo que “el ser humano no es monógamo” o que “no hicieron nada malo porque solo fue un chat”.

• La venganza o frustración: usar la infidelidad como castigo o escape emocional.

Las consecuencias de la infidelidad

Algo que nos quedó clarísimo es que ser víctima de una infidelidad puede sentirse como un trauma. El dolor emocional activa las mismas áreas del cerebro que el dolor físico. Por eso, muchas personas experimentan el famoso síndrome del corazón roto: insomnio, ansiedad, tristeza profunda y, sobre todo, desconfianza en relaciones futuras.

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La traición no solo destruye la confianza en la pareja, también puede dañar la autoestima y abrir heridas que tardan años en sanar si no se trabajan con terapia.

¿La infidelidad es inevitable?

No. Aunque hay quienes dicen que “todos somos infieles por naturaleza”, Natalia fue clara: la fidelidad es una decisión consciente y un acto de responsabilidad afectiva. Lo importante es reconocer nuestras necesidades, hablarlas en pareja y aprender a trabajar la comunicación emocional antes de buscar respuestas fuera.

La infidelidad duele, pero también nos enseña. Entender por qué las personas son infieles, nos ayuda a dejar de culparnos, a identificar patrones y a tomar mejores decisiones en nuestras relaciones.

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