Disney y James Cameron: la saga Avatar enfrenta una nueva demanda por presunto plagio

Disney y James Cameron enfrentan una demanda por supuesto plagio relacionada con Avatar: The Way of Water, una acusación que vuelve a sacudir a la saga cinematográfica más taquillera del siglo. Un animador 3D asegura que ideas centrales de su universo de ciencia ficción habrían sido reutilizadas sin autorización, ahora no solo en la segunda película, sino también en la más reciente entrega que ya llegó a las salas.

La batalla legal se libra en un tribunal federal de California y amenaza con enturbiar el impecable historial comercial de un proyecto que, durante más de una década, ha redefinido el espectáculo visual en Hollywood.

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El demandante sostiene que a finales de los años noventa colaboró con la productora de James Cameron en el desarrollo de un largometraje basado en su propio relato de ciencia ficción. Aquella historia, concebida mucho antes del estreno de Avatar en 2009, habría servido, según su versión, como semillero de ideas para el universo de Pandora.

Aunque una demanda previa relacionada con la primera película fue desestimada hace más de una década, el nuevo proceso judicial apunta directamente a Avatar: The Way of Water, al considerar que en esta secuela aparecen elementos narrativos que no estaban presentes en el filme original y que, afirma, coinciden de manera inquietante con su obra.

Los puntos en disputa: mundos, criaturas y recursos vitales

En el centro del conflicto están las similitudes temáticas. La demanda describe paralelismos entre ambos universos: seres antropomórficos, escenarios acuáticos de gran escala y la presencia de una corporación terrestre que explota recursos naturales de manera agresiva en un entorno extraterrestre.

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Pero hay un elemento que destaca por encima del resto: la existencia de una sustancia de origen biológico capaz de prolongar la vida humana, eje narrativo fundamental en la segunda entrega de Avatar. Según el reclamante, esta idea ya formaba parte de su historia original y no apareció en la primera película dirigida por Cameron, lo que refuerza, a su juicio, la acusación de apropiación creativa.

Una demanda millonaria

El reclamo no es menor. El demandante solicita una compensación económica que asciende a cientos de millones de dólares y busca frenar el avance de la franquicia en su momento más delicado: con una nueva película ya en cartelera internacional y otra a punto de estrenarse en Estados Unidos.

Desde el entorno de Disney y la productora de James Cameron no ha habido pronunciamientos públicos inmediatos, mientras el caso comienza a tomar forma en los tribunales. Lo que sí está claro es que el litigio llega cuando Avatar ya no solo es una saga cinematográfica, sino una marca cultural y financiera de enorme peso.