Tom Clancy’s Ghost Recon Breakpoint, Reseña
Un buen juego enterrado en una montaña de malas decisiones
La serie Ghost Recon ha estado largo tiempo bajo el manto de Ubisoft. Ha tenido varias evoluciones: desde ser un shooter táctico purista donde un par de tiros acaban contigo en sus primeras entregas, hasta un mundo abierto un poco más relajado en su versión Wildlands. El gran problema con Tom Clancy’s Ghost Recon Breakpoint es que no queda claro en qué genero quiere caer y termina frustrando a los jugadores con un varias cosas que consideramos innecesarias.
La serie Ghost Recon siempre ha basado sus premisas en escenarios futuristas pero que suenan plausibles con los ambientes políticos actuales. Aquí, se presenta la isla de Auroa: un territorio ficticio que fue comprado por un científico billonario llamado Jace Skeller (muy semejante al magnate de los autos eléctricos y sistemas de cohetes privados, Elon Musk). Esta utopía tropical cuenta con su propia moneda, sistema social donde se recompensa la innovación; además de ser energéticamente autosuficiente. Pero este paraíso se ve manchado cuanod un buque de la marina de Estados Unidos es hundido cerca de sus costas. Bajo este contexto la CIA manda a un equipo de élite (los Ghosts) para investigar qué pasó. Dentro del trasfondo, hay un viejo conocido de la unidad que se ha vuelto ahora un enemigo, tu misión será recuperar la isla y acabar con la insurrección armada.
Siguiendo la tradición Recon, tratar de imprimirle el mayor realismo posible a tu equipo y procedimientos. Usas armas reales, tácticas de supervivencia y gadgets con la última tecnología militar. Esto te lleva a preparar cada asalto a una base o campamento con sumo cuidado. Lanzas tu dron, marcas los objetivos, estudias sus patrones y comienzas poco a poco a acabar con tus enemigos de forma pausada y cerebral. Aquí no sirve imitar a Rambo: en unos cuantos tiros habrás perdido. Las batallas se vuelven una especie de ajedrez militar donde debes escoger bien tus posibilidades para ganar. En este sentido, Breakpoint se siente increíble y cumple con su cometido.
Donde no funcionan las cosas es en su sistema de mundo abierto y loot (básicamente, cada arma y equipo tiene una rareza y estadísticas acorde a ésta). Los equipos más raros te brindarán mejoras sobre los comunes. Pero el juego no se esfuerza por explicarte por qué. Sólo un número en tu arma te indica que es mejor que la que traes, así que la descartas sin más ni más. Y las microtransacciones, completamente opcionales, le quitan todo el reto si compras los equipos más avanzados.
El mundo abierto es gigantesco, pero eso no es lo que hace efectivo este género. La forma en la que te transportas de un punto a otro y lo que hay en medio son los elementos que hacen divertida la experiencia. El juego flaquea muchísimo en esto: cada punto a seguir parece que simplemente se coloca lo más lejos posible de donde estés para que veas la inmensidad del mapa. Pero llegar hasta allá es aburrido, y que los vehículos (salvo el helicóptero) se manejen horrible no ayuda. Los caminos son sinuosos y llenos de obstáculos, lo que te hace perder el control constantemente. Aunque la isla es hermosa y enorme, es aburrida y tediosa para viajar. Puedes usar campamentos para viaje instantáneo, pero significa aguantar una pantalla de carga de casi un minuto. Agrégale a eso un mar de menús, submenús y opciones que debes revisar constantemente; y terminas drenando toda la diversión entre misiones.
Por último, la historia es genérica. Hay par de vueltas de tuerca, pero es probable que las adivines mucho antes de las grandes revelaciones. Los diálogos siempre son sombríos y pesimistas. Entendemos que estamos en guerra, pero cada cinema parece hundirnos cada vez más en la desgracia. Incluso el doblaje latinoamericano (que incluye a René García, voz de Vegeta en Dragon Ball, como el protagonista Nomad) se siente malo y sin chiste. No porque los actores no sean de categoría, sino porque no tienen un buen guin con el cual trabajar.´
Al jugarlo a pesar de tener características sobradas como un procesador Ryzen 9, 32 GB de Ram DDR4 a 3200Mhz HyperX Predator con tarjetas Radeon RX 5700 XT, Radeon VII o NVIDIA GeForce RXT 2080 Ti, Tom Clancy’s Ghost Recon Breakpoint presentó problemas de animación y cuadros por segundo. Sin decir que en numerosas ocasiones el juego se interrumpió. No obstante, también vimos numerosas incongruencias con las animaciones de los enemigos como apuntar a lugares que no tenían sentido. Cuando pudimos jugarlo, es de resaltar que la isla lucía sensacional y con las especificaciones más altas, por lo que esperamos que en el corto plazo por medio de actualizaciones puedan mejorar todos estos puntos.
Existen buenos momentos dentro de Tom Clancy’s Ghost Recon Breakpoint y eso es lo que más nos frustra, porque son lo suficientemente valiosos como para seguir adelante en la historia. Pero las constantes fallas en su diseño hacen que llegar a la siguiente batalla sea un dolor de cabeza. En el fondo hay un excelente shooter táctico aquí. Sólo hay que hacer más dinámico este mundo abierto que es por momentos aburrido y eliminar todas las microtransacciones innecesarias.
Calificación: 7
Por Rolando Vera en Xbox One X y Vladimir Arteaga en PC
Te recomendamos