Nüwa: la ciudad diseñada para recibir un millón de habitantes en Marte
Se pretende que la ciudad dependa lo mínimo posible de materiales de la Tierra
¿Cómo se debería diseñar una nueva ciudad en otro planeta para que resulte un sitio atractivo y agradable para vivir?, pues estamos a punto de averiguarlo gracias a “Mars City State Contest”, concurso organizado por la Mars Society para investigadores de todo el mundo y con el que buscan planificar cómo sería una ciudad en el planeta rojo.
Uno de los diez finalistas, y en el que han puesto el ojo lleva por nombre “Nüwa”, el cual ya es considerado uno de los modelos más factibles entre 175 distintos, gracias a los criterios científicos, técnicos, económicos, arquitectónicos y sociales que ha demostrado.
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El proyecto “Nüwa” fue desarrollado por investigadores del Instituto de Estudios Espaciales de Cataluña, la Universidad Politécnica de Cataluña y el Instituto de Ciencias del Cosmos de Barcelona, así como el estudio de arquitectura ABIBOO Studio, especializado en la construcción a gran escala, quiénes lo realizaron en honor a la diosa china creadora la humanidad, simbolizando el inicio de una nueva civilización en Marte.
Se pretende que “Nüwa” sea una ciudad vertical, excavada en la roca y con cúpulas protegidas de la radiación, separada en cinco núcleos urbanos, con grandes espacios perforados en la roca y túneles enormes de kilómetros de extensión.
"La ciudad se llamará Nüwa y se construirá en vertical, orientada al sur, en un acantilado de un kilómetro de alto de la estructura geológica marciana de Tempe Mensa, con los edificios enterrados en la pared vertical, lo que les permite estar protegidos, pero al mismo tiempo tener luz", explica Alfredo Muñoz, fundador de ABIBOO.
Con respecto a los alimentos, se opta por proponer a los habitantes una dieta basada principalmente en vegetales, para reducir drásticamente la necesidad de ganadería. Así mismo, se habla de una ciudad que dependa lo mínimo posible de materiales de la Tierra y pueda acoger más de un millón de habitantes.
Si el proyecto se volviese realidad, tardarían alrededor de 50 años en lograrlo, se calcula que cada año se podrían enviar unas 1.000 personas, en un viaje que duraría unos 250 días, y no tendría regreso, por lo que estuviera dirigido a personas jóvenes con ganas de formar una familia en otro lugar.