Madre divorciada reemplaza con muñecas a hijos que dejaron su casa
La mujer apenas pudo soportarlo cuando sus hijos prefirieron vivir con su padre luego del divorcio, y se dedicó a coleccionar réplicas de bebés
La separación suele ser un proceso bastante difícil de llevar, y muchas veces llega a convertirse en algo muy doloroso, y así fue para una mujer que tras su divorcio tuvo que ver como los chicos que ella misma había traído al mundo ahora optaban por irse al lado de su padre.
Este es el caso de Liz Watson, una mujer de Virginia, Estados Unidos, que sorprendió a todos al tomar la decisión de reemplazar a sus hijos por muñecas, luego de que estos decidieran vivir con su padre.
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Liz creyó que fue su culpa el hecho de que sus hijos no quisieran vivir con ella, y para “reparar su error” optó por una solución que de buenas a primeras no suena ideal, pero que la ayudó a superar el inmenso dolor que la perdida le dejó: reemplazarlos.
“Las muñecas me reconfortan porque las relaciono con los sentimientos que tuve al ser madre de mis dos hijos mayores cuando eran pequeños. Sé que estas muñecas no crecerán, que no me las quitarán, que un divorcio no afectará a mi capacidad para cuidarlas. Sé que nunca me dejarán”, asegura Liz.
Liz no escatima gastos, y actualmente ha creado todo un entorno, incluyendo habitaciones, camas, cunas y de todo para su gran colección “bebés”, y a través de sus redes sociales, muestra cómo las "consiente". Además, el valor de cada uno de ellos puede costar más de mil dólares, lo que ha significado elevados gastos.
La actual pareja de Liz ha mostrado cierto grado de preocupación hacia esta manía de su esposa, pues pareciera que ha reemplazado el afecto que sentía por sus hijos hacia estos muñecos. Sin embargo, trata de entenderla lo más que puede y ha permitido que una de las habitaciones de la casa sea una guardería para estos muñecos.
Actualmente, Liz continúa en comunicación con sus hijos, aunque su nueva manía ha mantenido desconcertados a más de uno. "La mayoría de mis familiares y amigos cercanos conocen mi colección de bebés renacidos. La mayoría piensa que es un pasatiempo extraño y algunos incluso los encuentran espeluznantes. Sin embargo, todos los que pasan una buena cantidad de tiempo conmigo pueden ver claramente lo feliz que me hacen y han aceptado que son parte de mi vida", finalizó Liz.