Frances Arnold: de taxista, limpiadora y camarera a Premio Nobel de Química

Trabajó como limpiadora y camarera para pagarse la universidad, y llegó a ganar el Premio Nobel de Química

Muchas veces nuestros sueños parecen imposibles de cumplir, sin embargo si trabajas con esfuerzo y perseverancia puedes lograrlo, como Frances Arnol, quien tras muchos años de trabajar como limpiadora en una pizzería, camarera y hasta taxista, hoy es la ganadora del Nobel de Química.

Licenciada en Ingeniería Mecánica y Aeroespacial por la Universidad de Princeton y también doctora en Ingeniería Química por la Universidad de California-Berkeleyl, Arnold nunca imaginó que su sueño se realizaría.

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Y aunque pudiera parecer que llevó una estricta educación para llegar a dónde está, lo cierto es que a Frances nunca se le dijo lo que podía o no podía hacer, y a los 15 años,se mudó de la casa de sus padres en Pittsburgh como un acto de rebeldía, y se mantuvo trabajando en pizzerías, como camarera en clubes de jazz y como taxista. Algunas veces fue a la escuela secundaria y consiguió graduarse, a pesar de acumular una pila de cartas de absentismo escolar por el camino.

Durante su intervención en un podcast, mencionó que nunca dejó de aprender, incluso cuando se saltaba las clases, estaba aprendiendo por sí misma, desde idiomas extranjeros hasta música y matemáticas.

"Mi poder es acumular conocimientos. De alguna manera, supe muy pronto que el conocimiento era como el dinero en el banco. Que si podías coleccionar experiencias, si podías enseñarte a ti misma cálculo, si podías leer un libro de historia -todo lo cual me encantaba hacer-, si podías enseñarte a ti misma música, entonces de alguna manera se sumaría", contó Arnol.

Al ingresar a la universidad, canalizó las pasiones rebeldes de su juventud en un deseo de contribuir a la mejora del mundo, y tras graduarse en 1979, se propuso ayudar al Presidente Carter a cumplir los objetivos de su administración en materia de energías renovables, una ambición que la llevó a recorrer el mundo, desde Corea del Sur hasta Brasil, trabajando en la energía solar.

En 1985 se doctoró en ingeniería química en la Universidad de Berkeley y se incorporó al Caltech, donde se abrió paso a lo que es el mayor éxito de su carrera. Pese al éxito que goza hoy la ingeniera química, recuerda con afecto sus largas y agotadoras jornadas de trabajo como, que contrario a desmotivarla, fueron la inspiración cada día para ser una gran científica.

“La vida es larga, puedes tener muchas vidas diferentes. Puedes aprender muchas cosas distintas, nunca se sabe cuándo te servirán, así que aprende todo lo que puedas y combina tus conocimientos de manera novedosa. Adáptate, sé flexible y aprende permanentemente”, añadió Frances.

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Ahora, Frances Arnol redacta documentos para la ONU y no solo goza de un excelente trabajo haciendo lo que ama, sino que obtuvo el máximo galardón de su área para destacar su trabajo. Además, es la cocreadora de más de 40 patentes estadounidenses, que fundó una empresa para fabricar combustibles a partir de recursos renovables.