Localizan intacto el Endurance, mítico barco explorador que se hundió en la Antártida

Los científicos han encontrado uno de los mayores naufragios jamás descubiertos, tan sólo 107 años después de su hundimiento

Desde lo ocurrido con el trasantlántico más famoso del mundo, El Titanic, han sido pocas las historias de famosos barcos que han desaparecido y muy pocos los que se han encontrado, pero esto está apunto de cambiar, después de que científicos localizaran el Endurance, mítico barco explorador que se hundió en la Antártida.

El Endurance, el barco perdido del explorador antártico Ernest Shackleton, fue encontrado a 3.008 metros de profundidad del mar de Weddell, una amplia porción del océano Atlántico Sur en la Antártida.

TE RECOMENDAMOS: Descubren vida a mil metros debajo de la Antártida

Según la historia, el barco fue aplastado por el hielo, obligando a Shackleton y a sus hombres a realizar una asombrosa huida a pie y en pequeñas embarcaciones, para posteriormente terminar bajo el mar.

Lo que más impacto ha causado en el hallazgo es que, a pesar de que ha permanecido bajo las profundidades por más de un siglo, prácticamente se encuentra “intacto”, con las mismas características del día que se hundió en 1915.

"Sin ninguna exageración, este es el naufragio de madera de mayor calidad que he visto en mi vida, con diferencia", dijo el arqueólogo marino Mensun Bound, quien forma parte de la expedición responsable del descubrimiento.

El Hallazgo no es casualidad

Pero aunque podría parecer una casualidad, su hallazgo es el resultado del trabajo de un equipo que emprendió su búsqueda a inicios de febrero, realizado por el Fideicomiso del Patrimonio Marítimo de las Malvinas/Falklands.

TE PODRÍA INTERESAR: 'Próxima D': Descubren un nuevo planeta muy parecido a la Tierra

El barco se encuentra a una profundidad de más de 3 mil metros en el mar de Weddell, una zona que está protegida por el Tratado Ártico, un acuerdo entre países que estipula que todo objeto que se encuentre en estas aguas debe ser tratado como monumento histórico; es decir, no se puede tocar ni manipular bajo ninguna circunstancia.

Para culminar con éxito su misión, usaron robots submarinos de última generación, con los que han escaneado el lecho marino en busca de cualquier protuberancia inusual, y una vez localizado el pecio, cambiaron los sensores radar por cámaras de vídeo, con las que grabaron las espectaculares imágenes.

TAMBIÉN PUEDES LEER: Científicos descubren que las estrellas producen música

La documentación de dicho hallazgo ha sido caprado por un equipo de filmación durante todo el proceso, que verá la luz en forma de documental en otoño de 2022.