Need for Speed Ubound: un regreso a los clásicos de la serie
Una fuerte influencia de Need for Speed: Underground que revitaliza la serie
Durante la época del PlayStation 2, la popularidad de Need for Speed era indiscutible. Mientras otros jugadores buscaban el realismo de Gran Turismo, los fans de Need for Speed querían autos lujosos y manejo tipo arcade. Need for Speed: Underground se volvió una de sus entregas más populares. Mezclando la estética de Rápido y Furioso con entretenidas carreras; se convirtió en una de sus mejores entregas. Sin embargo, los últimos títulos de esta popular franquicia no han estado a la altura de su legado. Influido por una temática parecida ¿puede ser Need for Speed Ubound el juego que recupere la gloria?
Historias de las calles
Siendo un juego de carreras con una temática de pandillas, no es precisamente un aspirante al Nobel de literatura. Protagonizado por un personaje personalizado; tú puedes elegir el aspecto, físico y atuendo de éste. Trabajas en un taller junto a tu amiga Yaz. Luego de reparar un auto e impresionar a su jefe, éste les recomienda entrar al circuito clandestino de carreras. Esto meterá a los amigos en problemas con la ley, mientras luchan por no corromperse en este ambiente lleno de peligro y dinero.
No hay nada que nos vuele la cabeza aquí, pero es lo suficiente para mover la acción y darnos un pretexto para correr. Básicamente es como una película de acción, lo cual es perfectamente válido.
Velocidad pura
Tal vez la historia no sea nada del otro mundo, pero la jugabilidad es mucho más efectiva. Criterion Games es el estudio que durante años tuvo la batuta de los juegos Burnout y que está detrás de esta entrega. Se nota en la sensación de velocidad y en un control del auto más suelto que en un simulador. La ciudad ha sido dividida en diferentes circuitos, enfocados en aceleración, grandes saltos y curvas cerradas. Es una delicia manejar estos autos. Un factor adicional es el nitro, que te da una aceleración mayor. Para llenar tu medidor debes manejar de forma peligrosa, lo que te pone en riesgo a media carrera. Aquí debes encontrar el balance para maximizar tu velocidad.
Conforme ganas experiencia y dinero, podrás modificar tu auto al extremo. Pinturas, spoilers, gráficos impresos. Tu auto se sentirá cada vez más tuyo. Aquí queremos felicitar a EA por su inclusión de banderas LGBTQ dentro de las opciones de personalización. También las banderas de una gran variedad de países para dar aún más representación.
La Policía te buscará durante y después de tus carreras. Poco a poco irás subiendo tu medidor de fechorías, lo que hará que más elementos te busquen y traten de detenerte. Puedes usar escondites o tu velocidad para perderlos. Al llegar a un nuevo día, tu contador se reestablece.
Los rivales de otras pandillas tienen sus propios motivos e historias, y te estarán haciendo la vida difícil en cada evento. Este título es más difícil que un juego de carreras estándar, pero en ningún momento se siente “tramposo”.
Imagen actual
El estilo de arte combina autos de calidad fotorrealista con personajes en estilo cel shaded (gráficos 3D que asemejan dibujos o caricaturas) y efectos visuales parecidos a grafitis y dibujos juveniles. Esto puede causar división entre jugadores, pero le imprime una personalidad única. La ciudad y los autos se ven extremadamente bien y aprovechan el potencial de equipos de nueva generación y mantiene los cuadros por segundo en 60. (Nosotros lo probamos en Xbox Series X en 4K).
En el apartado de sonido, los efectos de los motores, choques y derrapes se mezclan con una banda sonora llena de hip hop, trap y géneros alternativos. Se oye tan bien como se ve.
Conclusión
Need for Speed Unbound podría parecer un juego que no arriesga demasiado. Pero es justo este enfoque en lograr un título bien hecho lo que lo vuelve una excelente recomendación para los amantes de la velocidad. Nada en él rompe con esquemas establecidos, pero todo en él funciona y proporciona horas de mucha diversión. Un gran título para amantes de los autos y jugadores casuales en busca de diversión.
Por Rolando Vera
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