Shenmue III, Reseña
Una genuina regresión al pasado
Para los jugadores de 35 o más que tuvimos un Sega Dreamcast, el poder jugar el tercer episodio de Shenmue es algo casi irreal, un suceso que genuinamente nunca pensamos que llegaría a ocurrir y es que, en su momento, esta ambiciosa saga, considerada la producción más cara en la historia de los videojuegos (en la década de los noventa) y que presentaba innovaciones nunca antes vistas, estaba planeada para llegar en por lo menos cuatro entregas.
Sin embargo, el destino de la que fuera una de las mejores consolas de todos los tiempos fue desafortunado, por lo que a duras penas alcanzamos a ver Shenmue II.
Por años el desarrollo de Shenmue III estuvo a la zozobra y los fanáticos que querían ver la saga completa abandonaron toda esperanza cuando Yu Suzuki, su creador, dejó Sega para enfocarse en otros proyectos.
Fue en el 2015 que en el escenario de la conferencia de prensa de PlayStation se anunció la campaña de crowdfunding para revivir a Shenmue o por lo menos, traer la tercera entrega. Obviamente, la mayoría de los periodistas y especialistas de videojuegos nos emocionamos ese día pues de verdad, existía la posibilidad de traer a la vida a tan querida franquicia que, de hecho, en ocho horas logró recaudar el dinero necesario para poder iniciar su desarrollo.
Pocos juegos han logrado lo que Shenmue III, es decir, recaudar dinero tan rápidamente y aunque al final, la suma acumulada no fue tan espectacular, el desarrollo contó con el apoyo de Sony y Deep Silver para completarse.
Para bien y para mal, Shenmue III es una secuela fiel de la última entrega para Dreamcast (Xbox en Norteamérica) y salvo modelos más detallados de los personajes y mejores texturas en general, parece que el tiempo nunca pasó por la franquicia.
Quienes moríamos por jugarlo, estamos más que encantados con el producto final pues es como volver al pasado, a una época donde los videojuegos, particularmente los del Dreamcast, era muy divertidos e innovadores, pero para los nuevos videojugadores o incluso, para quienes nunca habían escuchado de la serie a pesar de haber vivido el apogeo de esa generación de consolas, probablemente les resulte confuso.
La historia relata las aventuras de un joven llamado Ryo Hazuki que pierde a su padre a manos de un asesino llamado Lan Di quien busca desesperadamente dos espejos, uno del dragón y uno del fénix que supuestamente tienen poderes mágicos. Shenmue III inicia justo al terminó de Shenmue II, cuando Ryo descubre el poder de uno de estos espejos, pero necesita recuperar el que robó Lan Di antes de que ocurra una catástrofe.
Los escenarios son limitados y no están abiertos desde el inicio, por ejemplo, la villa donde comienzas, Bailu, no es muy grande, pero aun así, al principio no puedes acceder a todos los lugares que la conforman, tienes que avanzar poco a poco para poder seguir, digamos, el equivalente a un par de cuadras más.
A pesar de su apariencia, no es un juego de acción y peleas, más bien es lento con partes de investigación con algunos momentos más ágiles. Básicamente se trata de explorar, hablar con los personajes, ayudarlos, trabajar para ganar dinero, perderlo en apuestas y esforzarte cada día (virtual) por encontrar al responsable de la muerte del protagonista de la serie Ryo Hazuki.
Conforme ayudes a las personas y sigas las pistas, irás descubriendo la trama, lo que te llevará a peleas ocasionales. Estas tratan de ser un tanto más realistas como lo sería un combate mano a mano en la vida real, aunque tiene algunos elementos de juego de rol que debes considerar.
Aquí no ganas experiencia por ayudar a alguien o por pelear, por el contrario, debes ponerte a entrenar un poco todos los días (o dedicarle un día completo) en los distintos lugares indicados para ello, estos entrenamientos consisten en acondicionamiento y combate. Este último es el que te da más puntos de HP para resistir los golpes y pegar más fuerte, mientras que el combate, te sirve para mejorar los movimientos y hacerlos más precisos o letales.
Parte esencial del juego siempre ha sido el tener que ganar dinero con el sudor de tu frente para luego gastarlo, ya sea comprando alimentos para recuperar tu fuerza, pergaminos antiguos para aprender nuevas técnicas de combate o jugar en los disnitos minijuegos, algunos de apuestas donde puedes multiplicar tus ganancias y recibir premios u otros que sirven meramente para pasar el rato.
De hecho, los minijuegos a veces son parte escencial de tu progreso, por ejemplo, al juntar una colección completa de los famosos juguetes de cápsula, esos que salen en las maquinitas con una moneda de 5 pesos, lo puedes cambiar un por un pergamino que le enseñe a Ryo como hace un golpe devastador, igualmente hay personajes que te piden les ayudes a conseguir ciertos objetos por medio de este tipo de dinámicas.
El sistema de control es el mismo que el de hace 18 años, para los fans es algo bueno, pero para los jugadores casuales puede ser una molestia y es que, aunque lo que queríamos ver era una secuela, la verdad es que a Shenmue III le hubiera sentado bien un lavado de cara en este apartado.
Peor todavía es el hecho de que el juego hace poco por tratar de poner a los jugadores en contexto y aunque nos duela decirlo, si no jugaste Shenmue I & II no vas a entender absolutamente nada. La buena noticia es que viene un video resumen con el que te puedes poner a tono.
Si lo comparamos con las versiones anteriores, si notamos un avance en la profundidad de los entornos, texturas e incluso expresiones de los personajes, pero si lo ponemos en contexto con los juegos de la actualidad, esta lejos de ser lo que esta generación puede ofrecer, ya que los personajes lucen acartonados.
La música genera un gran contexto, pero después de determinado momento llega a ser repetitiva, los sonidos están bien elaborados y le dan vida al entorno. Los doblajes por otro lado tienen una gran falla en la sincronización y les falta emotividad. Contrastan mucho los sonidos de la música y efectos vs el doblaje.
Tuvimos oportunidad de probarlo con un procesador Ryzen 9 3900X a 3.8Ghz, tarjeta gráfica GeForce Nvidia 1660 SUPER y 32 GB de Ram DDR4 a 3200 Ghz HyperX Predator RGB logrando correrlo en 4K con 60 cuadros por segundo sostenidos. En comparación con la versión de PlayStation 4 tiene mayor detalle en las texturas sin llegar a ser un cambio espectacular, este se nota más en la ropa de los personajes. Los controles por su parte no presentaron mayor problema al conectarle un control de Xbox One.
Para los que estaban esperando este lanzamiento realmente no hay mucho que decir, la historia continúa y sigue siendo intrigante, aunque aquí no termina, lo más triste no es eso, sino que no sabemos si llegará la cuarta entrega en la siguiente generación de consolas o tendremos que esperar otros 18 años. Shenmue III es una experiencia para los fans de hueso colorado que puede llegar a frustrar a los nuevos si es que no tienen algún tipo de contexto, ahí es donde se agradece la inclusión de subtítulos en español.
Por: Rafael García en la versión de PlayStation 4 y Vladimir Arteaga en PC
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