Obey Me, Reseña

Un título sencillo y entretenido que mezcla el humor de los personajes sin abusar de ello

Estás en un mundo postapocalíptico controlado por demonios, en el que necesitarás de toda tu destreza para combatir al mal desde adentro, y se trata de Obey Me, un videojuego desarrollado por el estudio argentino Error 404 Game Studios, que responde al género de aventura y acción.

Por lo que el talento latinoamericano llega una vez más a las consolas para dejar su huella en la industria, ¿será que este juego logre ganarse el corazón de los gamers?

Obey Me responde al clásico estilo de combates con cámara cenital, combinando ataques básicos y potentes, con habilidades especiales mientras exploras un mundo semi abierto.

Aquí controlas a Vanessa, una demonio novata que, acompañada de su perro infernal, buscarán que el mundo no se sumerja en el completo caos, y para ello, deberás eliminar la suficiente cantidad de enemigos para ganar experiencia, misma que servirá para mejorar tus armas, habilidades y ataques mágicos.

El gameplay nos pareció bueno, fluido, sencillo, responde bien y no tuvimos bugs contra enemigos ni con los escenarios. Aunque tiene un sistema de progresión, este no es tan profundo y es ideal para concentrarse más en jugar y divertirse que en saber qué habilidades nos conviene mejorar.

Un punto a favor de esta entrega es el cooperativo local de 2 jugadores, en el que un usuario controlará a Vanessa, mientras el otro se encargará de ser el perro infernal. Lo interesante es que, en el juego solitario, el sabueso no tiene barra de vida, mientras que, en el cooperativo sí, por lo que ambos deberán coordinarse en ataques y cuidarse el uno al otro para salir victoriosos.

Las cinemáticas del juego son contadas, y más bien, todo se desarrolla con diálogos entre los personajes mientras exploras, sin embargo, cuando se presenta algo importante en la trama, se muestra su debido vídeo.

La química que genera el argumento del juego entre la protagonista y su asistente canino es lo que le da sabor a la trama, mezclando ligeros toques de sarcasmo y de humor que resultan en diálogos graciosos y agradables, sin abusar tanto de ello.

El argumento de Obey Me es bueno, y aunque no es tan detallado, te invita a terminar el juego para conocer el final.

El arte visual es sencillo, por lo que sus gráficas no requieren de mucho poder de consola, sin embargo, cumple con su cometido: retratar el mundo demoniaco y no entorpecer los frenéticos combates.

El mayor esfuerzo está en los dos protagonistas, mismos que a lo largo del juego, cambiarán de forma, color y de tamaño dependiendo del avance de las habilidades y armas, dándonos un verdadero progreso no solo en estadísticas, sino también visual.

Los escenarios son el punto más débil en el diseño de Obey Me, provocando que en ocasiones sea complejo identificar los pasillos por los que debes pasar, y los objetos que puedes o no destruir para lograr avanzar.

Sin embargo, la variedad de lugares es buena, pasando por las calles de una ciudad, un edificio por dentro y las alcantarillas, hasta el mismo infierno y algunas guaridas de enemigos.

Lamentablemente, la banda sonora es casi imperceptible en el juego, aunque las melodías cambian entre el modo de exploración y el combate, son repetitivas y la mayor parte del tiempo no se nota que hay música de fondo.

Obey Me es un buen juego, si bien no encuentra el hilo negro del género, es entretenido, cumple con la historia y con los protagonistas e invita a jugarlo en repetidas ocasiones.

Por Marcos Rabía en PlayStation 4

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