Paper Beasts, Reseña
Una experiencia de algoritmos creando vida que respeta la inteligencia del jugador
La experiencia de un mundo alienígena es una idea cautivadora. Paper Beast se encamina a ser una de las experiencias clásicas de PlayStation VR.
Aceptémoslo, las experiencias en el mundo de la realidad virtual no son nada nuevo, ya sea explorar el fondo del océano, visitar eras extintas como el reino de los dinosaurios o incluso visitar el sitio de aterrizaje del Apolo 11, los desarrolladores de contenido para VR no han escatimado en imaginación para acercarnos lo más posible a esos mundos que todos alguna vez hemos querido visitar.
En ese sentido, a primera vista, Paper Beast no se diferencia de cualquier otra experiencia a la que podamos tener acceso en la PS VR del PlayStation 4, hasta que caemos en cuenta que es el primer intento de generar un mundo con vida extraterrestre generado totalmente por un algoritmo.
Este nos da la bienvenida en una extraña habitación en donde utilizaremos el Dualshock 4 para aprender los controles básicos mientras jugamos haciendo rebotar esferas al ritmo de un frenético J-Pop. Una vez realizado ese trámite, la habitación nos deja en un desierto en el cual tenemos nuestro encuentro con las primeras formas de vida extraterrestre, todas, como el nombre del juego lo sugiere, construidas de papel con técnica de origami.
El aspecto artístico y visual de Paper Beast engancha de inmediato y no nos suelta: los cielos y sus tonalidades de acuerdo como el tiempo va pasando, la textura de las bestias, la paleta de colores, todo en el juego ha sido cuidado a tal grado que por momentos parecemos jugando dentro de un gran lienzo que bien podría estar pintando por Salvador Dalí.
En lo que al gameplay se refiere, esta entrega como decíamos es más una experiencia que un juego, pero hay mecánicas que evitan que se quede como un demo artístico en VR. Los controles de movimiento son el estándar del género actual, lo que significa que el jugador coloca un marcador en el suelo y luego se teletransporta a esa ubicación. Luego tomas objetos y animales presionando el gatillo derecho, lo que te permite mover, tirar o sacudir objetos.
Para llegar a algunas áreas, hay acertijos ambientales que deben resolverse. La mayoría de estos involucran la manipulación del paisaje para poder avanzar. Existen algunos métodos inusuales para encontrar soluciones, como tomar una gruesa criatura gusano que come arena de un extremo y la expulsa del otro y la usa para hacer colinas o crear nuevos ríos. Es posible que necesites usar un cubo caliente para derretir hielo o una extraña roca con forma de copo de nieve para congelar el agua.
Al estilo típico de Eric Chahi (Another World y Heart of Darkness) al jugador se le dan pocas o ninguna instrucción sobre cómo avanzar o usar objetos. Solo se espera que tropieces con algo y descubras cómo utilizarlo por tu cuenta. Es agradable cuando un juego respeta la inteligencia del jugador lo suficiente como para no tomar su mano, pero cuando nos encontramos en un extraño mundo alienígena, las reglas y la lógica de esa realidad no son evidentes de inmediato por lo que puedes tardar un poco en descubrir qué es lo que debes hacer.
Paper Beast es en términos generales un juego corto, aunque te mantendrá inmerso resolviendo cada acertijo y conociendo de cerca a cada una de las bestias que habitan este mundo extraterrestre. Una vez que lo has terminado cuentas con una modalidad “sandbox” que te permite construir tus propios niveles y visitar ese nuevo oasis de vida que has creado.
Esta reseña de se hizo con la versión de PlayStation 4 y aunque era una exclusiva de PS VR, Pixel Reef, el desarrollador del juego ha indicado que pronto se encontrará disponible para Oculus Rift, HTC Vive y Valve Index.
Por: Octavio Castillo
Te recomendamos