NBA 2K22, el renacimiento de una de las mejores franquicias de juegos deportivos

Como ver un partido de baloncesto en la vida real

Con NBA 2K22 se observa una evolución respecto al juego del año pasado, entregando una experiencia más pulida y limpia. Esta mejora comienza en la cancha, donde los sutiles ajustes hacen que el juego se sienta más realista y menos difícil.

Modos de juego que ofrecen algo diferente

Puedes crear un nuevo jugador en MyCareer, formar un equipo de estrellas de la NBA en MyTeam, administrar tu equipo en MyNBA y/o enfrentarte a la WNBA en The W. Cada modo tiene algo para todos que intenta cubrir todos los aspectos del juego.

El modo principal es MyCareer, que sigue el viaje de un aspirante a jugador de baloncesto a la NBA. Tomando el control del personaje principal llamado MP, que en realidad no es un jugador de baloncesto en ascenso, sino una estrella de las redes sociales, que después de jugar durante unos años tiene que decidir si ir a la universidad o unirse a la liga G.

Hay un montón de opciones que te ayudarán a moldear tu historia como mejor te parezca, sin embargo, hay momentos en los que el juego te obliga a tomar decisiones que probablemente no harías en la vida real.

Jugabilidad

Todo comienza desde el medidor de tiro más robusto, ya que da una retroalimentación y entendimiento de por qué los tiros se pueden fallar o acertar. Esta vez este se encuentra de forma vertical, esto al comienzo, llega costar un poco de trabajo para acostumbrarse, pero una vez que te hayas adaptado, disparar se sentirá más natural.

Diferentes situaciones harán que el medidor crezca o se reduzca como la fatiga y esto hace que los tiros abiertos sean más difíciles.

Por esta razón te verás obligado a utilizar al equipo de forma completa con cambios y no abusar de las estrellas NBA en tu equipo, Al igual que en la vida real, deberás administrar y asignar minutos con cuidado, por lo que las rotaciones tendrán más importancia.

Las nuevas animaciones de bloqueo hacen que jugar a la defensa sea más divertido, ya que te permiten desafiar a los tiradores de nuevas formas. A la ofensiva de igual forma tendremos animaciones de robos más variadas.

Hay una virtud en jugar a la defensiva en esta entrega, pues es divertido y gratificante hacerlo cuando en los momentos finales de la partida haces un buen bloqueo o un robo perfecto.

El modo de franquicia (Mi NBA) regresa y es similar a lo que era hace un año, pero se han realizado pequeños ajustes. Para reflejar una era de la NBA en donde hay entrenadores para todo, el modo de franquicia te permite contratar un grupo de entrenadores en la off season.

Visuales

Visual Concepts ha hecho un gran trabajo es este aspecto, el juego esta pulido con una presentación gráfica sorprendente. El movimiento de los jugadores y los gestos faciales te hacen olvidar por momentos que te encuentras en un videojuego. Por ejemplo, al comenzar puedes ver al jugador sin una gota de sudor y ya con tiempo transcurrido, veras las marcas del esfuerzo físico.

El detalle de las duelas sorprende y los aficionados dejan de verse acartonados, ya que reaccionan con base en lo que sucede en el juego.

Quizá uno de los pocos problemas son los tiempos de carga, ya que en varias ocasiones tarda para pasar de una escena a otra, siendo más perceptible esto en el modo MyCareer.

Sonido

El sonido es sobresaliente, desde el ruido que hacen los aficionados, hasta el característico sonido de los tenis pisando la duela, todo esto te hace sentir como si estuvieras viendo un verdadero juego de la NBA en vivo, si uno cuenta con sistema de audio envolvente, podrá percibir esa sensación de una mejor forma. Los narradores de los partidos se sienten orgánicos y comentan acorde a lo que pasa en el juego.

Conclusión

Si bien NBA 2K22 es similar al del año pasado, el juego ha mejorado en sus mecánicas. El contenido que ofrece es sólido. Donde los más entusiastas del deporte sin duda disfrutarán el modo My Career o los juegos multijugador. Dejando a un lado los pequeños errores, es el videojuego de baloncesto definitivo.

Por Paulo Aguilera

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