Atomic Heart: un mundo increíble y un protagonista insoportable.

Un título inmersivo y creativo, lástima que su personaje principal que lejos de eso

Imagina un mundo diferente. Uno donde la mayor súper potencia de la Guerra Fría no fuese EE.UU. Sino la Unión Soviética. Un país que llega a un desarrollo tecnológico impresionante que raya en lo alienígena. Ésa es la premisa de Atomic Heart, un juego de espectaculares escenarios; pero que podría haber elegido mejor a su papel protagónico.

¡Saludos, Camaradas!

En este mundo alternativo, los soviéticos desarrollaron un compuesto milagroso llamado Polymer. Este elemento maravilloso les permitió avanzar a pasos agigantados en el desarrollo de robots y computadoras personales. Incluso crean una red neural llamada Kollectiv (algo como un internet de la mente) que conectará a todos los ciudadanos cuando lance su versión 2.0. Tú eres el Mayor Sergei Nechaev. Estás en una de las instalaciones científicas antes del lanzamiento justo cuando algo resulta mal (y sospechoso). Ahora, debes sobrevivir a un ambiente plagado de robots asesinos e investigar qué desencadenó estos eventos.

El mundo creado para Atomic Heart es impactante. Cada artilugio y edificio se siente vivo y con una historia propia detrás. Está a la altura de otras distopias fallidas como Rapture de Bioshock o el futuro planteado en Deus Ex. Si tienes una computadora potente, quedarás asombrado con su increíble nivel de detalle. La historia se desenvuelve un poco lenta pero siempre interesante.

Desgraciadamente no podemos decir lo mismo de P-3 (como apodan al protagonista). Es un tipo hablador, fanfarrón, enojón y llanamente detestable. Dentro del juego, estás equipado con un guante especial que tiene una IA con la que conversas (Charles). Pero más que pláticas, son sólo montones de quejas e insultos por parte de P-3 sin mayor justificación. ¿Estaban tratando de hacer una pareja dispareja? Pues en este rubro, el juego falla de forma espectacular. Jamás sientes una conexión con P-3, y la mayor parte del tiempo sólo deseas que se calle.

Un arsenal digno

Afortunadamente la jugabilidad compensa los fallos de la narrativa. Tu personaje está bien equipado para destruir hordas enteras de mutantes y robots. No sólo el uso de armas es satisfactorio, sino que el juego introduce también habilidad súper humanas. Puedes manipular objetos gravitacionalmente o hasta congelar enemigos en un santiamén. Esta combinación de disparos y habilidades da pie a encuentros bien orquestados y emocionantes.

Presentación de campeonato

La poderosa acción tiene su maridaje con los imponentes visuales y una banda sonora de alarido. Atomic Heart es un excelente ejemplo de poderío gráfico soportado por una excelente dirección de arte. Y su música y efectos de sonido sólo contribuyen a sentirte dentro de una película veraniega de alto presupuesto.

La PC con la que probamos el título fue la siguiente:

Atomic Heart en Steam Deck

Una de las sopresas dentro de la portátil de Valve, ya que no obstante venir verificado el título, corre a la perfección con una media de 60 cuadros por segundo, luciendo como si fuera un port nativo para esta plataforma. En los momentos de mayor estrés vimos que el juego lleva a la GPU por encima del 80% y al CPU arriba del 50%, desgastando rápido la batería, aunque es muy impresionante el trabajo de optimización que han hecho.

Conclusión

Atomic Heart es una de las mejores experiencias de este año. El mundo que el desarrollador Mundfish es de los mejores que se han presentando en videojuegos en fechas recientes. Es una lástima que no pudieron crear también un protagonista carismático. Pero nada de eso echa por la borda el buen nivel de acción y los maravillosos visuales que posee. Si andas en busca de una buena experiencia de un jugador, Atomic Heart te pagará con creces el esfuerzo. Sólo ignora un poco a P-3.

Por Rolando Vera en PC y Vladimir Arteaga en Steam Deck

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