Call of Duty: Modern Warfare 3, una campaña totalmente descarrilada
Todo el éxito de esta serie, ha sido bombardeado por un enemigo interno
Un personaje de este juego dice: “Hay 3 cosas de las que nadie se escapa: la muerte, los impuestos y yo”. Del mismo modo, no hay año que se escape de recibir un Call of Duty. Su franquicia Modern Warfare (una historia revisada de los éxitos de la generación del Xbox 360/PS3), ha sido bien recibida tanto por el público como por la crítica. Sin embargo, Call of Duty: Modern Warfare 3 echa todo por la borda de forma espectacular. Pero ¿qué hace que este título falle de semejante forma?
Una historia minada
El temible terrorista ultra nacionalista ruso, Vladimir Makarov, ha regresado a las andadas. Cuenta con un ejército de mercenarios despiadados que creen ciegamente en su causa. El escuadrón 141, liderado por el Capitán Price, está listo para detenerlo. ¿Podrán adelantarse a sus planes?
Dejemos algo claro: las narrativas de Call of Duty nunca ganarán un Nobel de Literatura. Son simplemente un desfile de espectaculares piezas de acción que nos llevan por todo el mundo repartiendo balazos a diestra y siniestra. Sin embargo, las 2 entregas anteriores tocaron algunas fibras sensibles (terrorismo y narcotráfico) que les aportaron algo de seriedad a las usuales explosiones. En este aspecto, Call of Duty: Modern Warfare III no provoca ningún tipo conflicto o reflexión. Aunque existen un par de escenas fuertes relacionadas con el terrorismo, nunca hay una verdadera razón detrás ellas más que “Makarov es muy malo”. Se supone que su plan es restaurar la gloria de la madre Rusia. Pero jamás se explica cómo sus actos logran este cometido. Ni tampoco por qué la gente le sigue. No buscamos una disertación de Derecho Internacional, pero por lo menos algo que haga sentido en este universo de ficción.
El otro grave pecado de este argumento es su irrisoria duración: entre 5 a 7 horas. Literalmente terminamos este juego en un fin de semana. Y ni siquiera con largas sesiones. Sólo un par de horas antes de dormir. Cualquier jugador hardcore, lo completará en una tarde y se quedará con un palmo de narices. Tampoco las entregas anteriores daban tantas horas, pero por lo menos sí llegaban a 2 dígitos.
Y como cereza en este pastel de imperfecciones, existen un punto de la trama que enfurecerá a más de un jugador que ha seguido de cerca Modern Warfare. No vamos a echarlo a perder, pero sí podemos decirles que sucede de una forma abrupta, burda y tramposa. No se preocupen, sólo les tomará unas horas descubrirlo.
Gameplay de Call of Duty: Modern Warfare 3
Si has jugado Call of Duty, sabes a lo que vas. Mapas lineales con secuencias de acción de altísimo presupuesto y tiroteos finamente planeados. O por lo menos eso es lo que todos esperábamos, porque de pronto nos encontramos con un nuevo tipo de misiones: niveles de mundo abierto. Estas misiones ofrecen diferentes caminos que, a elección del jugador, pueden completarse en el orden que guste. En papel, esto suena como una gran idea para refrescar la campaña. En realidad, son en una palabra: desastrosas.
La idea básica es: existen varios objetivos. Puedes elegir hacerlos en el orden que quieras. Pero si mueres mientras los completas, empiezas desde cero. Esto es un constante ejercicio de frustración que sólo alarga artificialmente la duración de estos niveles. Además, inexplicablemente, se juegan como si fuese parte de Warzone. Éste es el modo Battle Royale de Call of Duty, que se ha popularizado en los últimos años. Tienes que buscar armadura, armas y recursos. Se supone que en la mayoría de estas misiones debe ser sigiloso, pero es imposible serlo cuando un enemigo a 800km de distancia puede verte y hacer sonar la alarma. Éste es un aspecto particularmente frustrante y con un balance de dificultad pésimo.
Lo que más duele de todo esto, es que los niveles que se juegan como un Call of Duty tradicional, tienen mucho más impacto. Tal vez sean lineales, pero eso permite un ritmo más controlado, puntos de guardado razonables y espectaculares escenas de acción. Son tan buenos, que cuando ves que tu siguiente misión es de mundo abierto, exclamarás más de un improperio por toda la frustración que genera. Literalmente hubo momentos donde, al saber que teníamos que hacer misiones de mundo abierto, apagamos la consola y seguimos al día siguiente, es un hecho que esto aleja a cualquier jugador de COD.
Gráficos y sonido
Los valores de producción usuales se mantienen. Un buen motor gráfico, con algunas escenas de increíble aspecto técnico y artístico. Se ve como un juego con el presupuesto del producto interno bruto de una nación pequeña. Del mismo modo, el sonido y su banda sonora son del más alto impacto y calidad. Aquí sólo tengo una queja: las cinemáticas a 30 cuadros por segundo desentonan mucho con la jugabilidad a 60 en la versión de Xbox Series X.
Conclusión
Ésta es una de las campañas más desangeladas desde Call of Duty: Ghosts. La duración es simplemente escasa para cualquiera. La historia es predecible y mal llevada. Los mundos abiertos prometían y fallaron de forma total. Existen momentos brillantes dentro de este título, desgraciadamente, no son suficientes para salvarlo.
Por Rolando Vera
Periodista, creador de contenido, dibujante y experto en Retail de videojuegos a nivel internacional. Colaborador de Meristation y Los 40 México desde 2017, reseñando gadgets y videojuegos; y creando contenido en streaming. Ha formado parte de los equipos de Publimetro, IGN Latinoamérica y Bitme en Televisa. En su experiencia comercial ha trabajado con compañías como GameStop, Target, así como Best Buy y Wal-mart en 3 países (México, EE.UU. y Canadá). Además es analista de mercado para el segmento de videojuegos en reportes internacionales como Circana (antes NPD) en EE.UU. y Canadá, GFK en el Reino Unido y Games Sales Data en Francia . Actualmente ocupa el puesto de National Account Manager para México y Latinoamérica de la compañía de accesorios de videojuegos Performance Designed Products. Sus anteriores experiencias laborales fueron en Planeación, Compras, Marketing y Producción en Wal-Mart de México y Centroamérica, Danone, Unilever y Procter & Gamble.
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