Crusader Kings III, Reseña de un juego lleno de historia y estrategia
Crea una dinastía que dure 500 años o muere en el olvido
Crusader Kings III desarrollado por Paradox Interactive, ya conocida por juegos de estrategia como Europa Universalis o Cities Skylines, nos presentan una nueva iteración mejorando muchas mecánicas de juego y puliendo la experiencia para darnos cientos de horas de entretenimiento.
Mezclando elementos de manejo de ciudades y desarrollo como Frostpunk y batallas similares a Iron Harvest y Ancestors Legacy existe una cornucopia de opciones y acciones que tomar para que tu familia pase de simples barones a emperadores.
El enfoque principal es en tu personaje, líder de una provincia o de un imperio, cada personaje tiene un estilo de vida que te dará un enfoque diferente, entre: diplomacia, belicosidad, intriga, administración y aprendizaje; así como 3 características de personalidad que tienen su opuestos, avaro a generoso o valiente a cobarde. Estas características forjan la naturaleza de tu personaje, si decides jugar contra la naturaleza del personaje causarás estrés en él, lo que puede llevar a la muerte o a desarrollar características nuevas. Por ejemplo, si tu líder hace muchos banquetes para liberar su estrés entonces puede desarrollar alcoholismo, si visita el burdel puede adquirir una enfermedad venérea etc.
Todo esto se ve reflejado en la imagen de tu personaje, su cabello va tornándose gris conforme pasan los años, serán notorias sus heridas de batalla y enfermedades, esto provoca que desarrolles cierto apego hacia tus comandantes y hacia tu corte.
Como un hombre no puede ser una isla, un reino no se maneja solo, siempre tendrás una corte para ayudarte a manejar varios aspectos de tu dominio como la religión, diplomacia, finanzas, guerra y secretos. Cada miembro de tu corte es una persona con gustos, características y ambiciones y cada uno con una opinión de ti, por lo que es importante mantenerlos contentos, si no le agradas a tu maestro de secretos puede que intente asesinarte, o dejar que alguien más te asesine en vez de prevenirlo. Esto hace que cada partida sea única, aunque tomes el papel del mismo líder varias veces los eventos van a variar y se hace una línea de tiempo alterna.
Para darnos una idea de la complejidad de Crusader Kings III, el periodo en el que se desarrolla va de 867 a 1066 tan solo para empezar una partida, el juego terminará hacia el año 1453.
Para esta edición, el enfoque recae en generar una estirpe que tenga la mayor cantidad de títulos, influencia, dinero o alianzas.
Cuando tu personaje muere no es el final de la partida, empiezas a controlar a tu heredero, el cual puede recibir todos tus títulos y propiedades o bien, se pueden dividir entre todos tus hijos. Aquí es donde todo se complica, puedes crear una nueva religión, nuevas reglas de sucesión, qué tipo de gobierno quieres, qué avances tecnológicos genera tu cultura, todo eso puede ser controlado y personalizable. En algunas cosas puedes elegir hasta el más ínfimo detalle de tu dominio, como la cantidad de hombres que deben ofrecerte tus vasallos en contribución o cuántos impuestos tomas de ellos.
Cabe destacar que tu sucesor tendrá una personalidad y características diferentes, puede que tus vasallos amen al progenitor pero odien al hijo, este tipo de situación te lleva a conocer más a fondo a la gente de la corte, sus gustos y características formando un vínculo ya sea que, uno se convierta en tu amigo o bien sientas una daga en el corazón cuando tu maestro de espías descubra que ese vasallo en el que confiabas te intentó asesinar (historia real).
Existen varias maneras de pelear, la más simple es levantando ejércitos y haciendo la guerra cuando tienes un reclamo sobre algún título o terreno. Si no lo tienes tu líder religioso puede crear un reclamo, pero también se pueden hacer negociaciones con diplomacia, por las buenas o con daga y capa, encarcelando gente, cometiendo asesinatos o extorsionando a otros líderes para que hagan algo que tu deseas, existen muchas maneras de aumentar el poder de tu casa y de tu familia. Esa libertad es la parte más atractiva ya que de cierto modo puedes jugar de la manera que tú quieras.
Tras 10 horas de juego solo se empieza a raspar la superficie de todo lo que este título nos ofrece, después de jugar 40 horas seguimos aprendiendo mecánicas y posibilidades de acciones que se pueden tomar, la narrativa dinámica y orgánica que propician las mecánicas de juego sirven para entrar en inmersión y quedarse picado con la mentalidad de “solo quiero controlar una crisis más y detengo la partida”. Paradox Interactive seguramente realizará varios parches y expansiones en el futuro como lo hicieron con Crusader Kings II, haciendo que el valor de este juego sea monumental por su precio.
Por Ken Luna Tanamachi
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